DOCENTE: PEDRO JUÁREZ
SPC III
Estas dos palabras vienen sonando fuerte desde hace unos años a esta
parte. La educación popular nace de la necesidad del pueblo trabajador
de educarse. Y decimos pueblo trabajador porque los primeros
bachilleratos populares fueron creados por trabajadores en fábricas
recuperadas o en sindicatos. Sin embargo, el alcance que tiene la
educación popular hoy en día es mucho mayor. Cuando un bachillerato popular se
inaugura, la comunidad entera es convocada, con lo cual, más de 14
millones de personas excluidas del sistema educativo (según el CENSO de
2001) son tentadas con esta nueva educación, la educación popular, en la
que cada persona no sólo está invitada a aprender, sino también a
enseñar.
Estos 14 millones de seres van desde los adultos que hace añares que
no pisan un aula, hasta adolescentes recién salidos de la escuela
formal, quienes por diferentes motivos fueron expulsados de la misma.
Pero no es la función de la educación popular emparchar los agujeros de
las políticas educativas del Estado, sino crear una verdadera
herramienta transformadora, que logre reivindicar los valores perdidos
de una sociedad que todavía no se recupera de las violaciones a los
derechos humanos ni de las políticas neoliberales que vaciaron, entre
tantas otras cosas, la escuela.
Ahora, ¿de qué forma se logra esto? Al respecto, Martín Yuchak, docente y coordinador del Bachillerato Popular “Casa del Trabajador” de Moreno opina que “se trata de poner en funcionamiento todas las fuerzas pedagógicas que existen en la sociedad, y que este sistema deja afuera” y que “si
el docente pretende seguir enseñando como lo hizo siempre en la escuela
o en la universidad, los estudiantes lo van a rechazar al igual que
rechazaban a aquellos del sistema educativo que los dejó afuera”.
Los docentes de los bachilleratos populares trabajan ad-honorem, pero
hay opiniones encontradas acerca de si un bachillerato debe
autofinanciarse o no. No pasa lo mismo con el reclamo de la
oficialización del título: en 2007 se consiguió que todos los
bachilleratos populares otorguen título secundario oficial. Y se está
peleando para que los que se crearon a partir de 2008 también estén
oficializados. “Desde nuestros bachilleratos populares peleamos por
el reconocimiento legal y por salarios para los docentes, pero antes que
nada está el reconocimiento para el título de los estudiantes. Primero
el pueblo, después la parte del pueblo que somos nosotros como docentes.
Si no cambiamos esa conciencia los docentes, difícilmente podamos
aportar a un proceso de cambio en el sistema educativo” rescata Martín. Y agrega un ejemplo: “cuando
comenzó uno de los bachilleratos que abrimos en el 2008 en un barrio de
Moreno, comenzó la primera clase de biología y el profesor, con toda la
buena intención, comenzó a explicar cómo iba a dar la materia. ¿Y qué
pasó? En la mitad un estudiante lo cortó y le planteó: ‘nosotros
discutimos y queremos que la materia biología sea la discusión del plan
de salud del barrio, sino no nos sirve.’ Esa es toda una definición de
qué es la educación popular. El estudiante cumple un rol docente porque
es un trabajador del barrio que asume una tarea política. Si el docente
no es capaz de aprender de la historia y las necesidades concretas y
reales de los trabajadores y el pueblo es muy difícil que pueda aportar
algo”.
No solo se trata de subvertir la pedagogía clásica, sino la forma de
organización en su conjunto. Leonardo Dell Arciprete, egresado del
profesorado de Física del CEFIEC, participa desde el Colectivo “La
Trifulca” en un bachillerato popular de Barracas del Frente Popular
Darío Santillán, y aporta a este tema desde su experiencia: “En un
bachillerato popular no hay director, no hay preceptores ni personal de
ordenanza. Todo se decide en asambleas, donde no hay diferencias de
escalafón. La mayor fuerza de la educacion popular es la radicalización
de la democracia, y eso es una enseñanza que nos damos entre todos, día a
día, dándonos cuenta del potencial que tenemos si nos organizamos”.
No hay comentarios:
Publicar un comentario